"Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1:14)
La Navidad celebra un nacimiento histórico que cambió y modificó la cultura, los valores, el modo de vivir y de pensar de toda una civilización que se sustenta en modos diversos sobre su fundación. Por ello, me gustaría celebrar también, sin mesianismo ninguno, el deseo de un nacimiento digital, quizás el de una nueva forma de presentar las ficciones: las de antes, las de ahora, las del futuro inmediato también.
Esto me hace pensar hoy que si la creación de una historia hecha texto es como un parto y un nacimiento, que es celebrado por unos pocos cercanos al autor, la edición acabada del mismo es como la presentación de un niño en el templo, ante el público lector, que dará con sus lectura apoyo y publicidad a la historia. Hecha verbo y hecha carne, comienza a habitar entre nosotros.
El imperio editorial tal como lo conocíamos, en su vasta red de papel, decae, pero la edición digital se erige hoy, esta noche, y para el próximo año –o la próxima década– acurrucada sobre una cuna de paja, bajo la luz de una estrella errante, luminosa, un tanto indeterminada pero constante; se oculta en un pesebre humilde que no alcanzó posada en muchos lugares, pero del que todo el mundo habla y algunos sabios ya visitan y geolocalizan, llevando oro unos pocos, incienso otros, mirra algunos. Ovejas otros, que no todo son metales. No faltan tampoco los Herodes que quieren acuchillar al niño entre pajas, y con ello parecen querer destruir toda iniciativa recién nacida de un futuro posible cualquiera que no se asemeje al pasado.
La historia de la Natividad, pasó de la oralidad a la escritura en papiro y pergamino, a su transcripción en el nuevo formato del códice del siglo I, a su impresión en 42 líneas por página de Gutenberg, a la lectura vocal de los púlpitos, a la visión iconográfica de pórticos, retablos y lienzos, al cine y la televisión, a la red de redes, y así seguirá siendo, por los siglos de los siglos.
En el fondo, la historia de la Natividad, como toda historia o relato, busca divulgarse y pertenecer a las diversas generaciones de lectores y espectadores que le suceden y la hacen suceder: la de ahora es, en la magnífica hibridez de soportes, ávidamente hipermedia, transmediática, interactiva, y social. El nacimiento difícil y errático de la edición digital surge como un deseo global y como una oportunidad de repensar el paradigma de nuestros valores, nuestras ficciones, y nuestro modo de compartir tantas y tantas historias. Año 0.
Por ello el siguiente video, de gran difusión viral estos días, es algo más que una metáfora ingeniosa, y se convierte en la constatación de una realidad digital, también de un modo de ver y entender el relato, de vernos a nosotros mismos leyendo el mundo y la ficciones de que estamos hechos. Que tomen nota los editores aún incrédulos de la buena nueva.
Habrá desde ahora grandes patriarcas, nuevas órdenes del libro, herejías, persecuciones, judas y pasiones, expresiones artísticas sublimes, inquisiciones, y tantas manifestaciones digitales como identidades virtuales genere esta natividad 2.0.1.1 Pero quienes vivimos para las ficciones, revivirlas en sus diversas formas, materias, presentaciones y posibilidades es la mejor manera de renacer continuamente, en cada uno de sus ecos y sus lecturas.
Feliz Navidad 2.0.1.0 y próspero año nuevo 2.0.1.1 (versión beta)